El aporte de los maestros en la formación educativa de los jóvenes valores en el Perú es crucial y se considera un factor esencial e invaluable para el desarrollo integral de los ciudadanos. Actualmente, existen varias iniciativas y acciones orientadas a la revaloración de la carrera pedagógica que pretenden asegurar el desarrollo profesional docente. Pero, la situación real de muchos maestros peruanos que pertenecen al sistema educativo nacional parece estar más que alejada de dichas propuestas gubernamentales de mejora.
El aporte de los docentes durante la vida escolar ayuda al desarrollo estratégico del sistema educativo en general. Entonces, basados en este contexto, los peruanos se preguntan día a día; cómo es que esta solemne profesión así como los planteles educativos son agendados para después mandato tras mandato.
Por otro lado, el nivel educativo en el Perú es deplorable, la falta de herramientas e instalaciones ubican a la nación en el puesto 64 de 77 países según la Evaluación Internacional de Estudiantes PISA 2018. Para el Colegio de Profesores del Perú, el problema está muy claro, la calidad educativa que alcanzan países como Finlandia, Cuba, Corea y otros, es gracias al merecido reconocimiento social y económico que reciben sus maestros.
Durante su primer discurso como presidente del Perú en 2018, Martín Vizcarra ofreció un trato preferencial tanto a los educadores como al sistema educativo en sí. Sin embargo, un año después en 2019, el actual mandatario anunció un aumento de 100 soles en la remuneración de los maestros para el mes de marzo y 100 soles más probablemente en noviembre, este hecho indignó a más de uno dentro de la plana docente y fue calificado de «ridículo y vergonzoso» ya que se esperaba un aumento mínimo de 800 soles.
El reconocido físico peruano, Modesto Montoya expresó en un artículo publicado en el diario el Comercio “(…) El problema educativo no se resolverá con edificaciones y computadoras, sino con la valoración de la carrera del magisterio, expresada en remuneraciones dignas y en el respeto por parte de la sociedad”. Él explica que la velocidad, profundidad y dimensiones del aprendizaje no son responsabilidad unilateral del profesor, pues intervienen una amplia serie de factores, que van desde lo genético, las disposiciones, el contexto, la dinámica familiar y hasta las costumbres y medios educativos de la sociedad. El docente no es, por tanto, una especie de atlas confinado a cargar solo con la educación de sus alumnos. Montoya además enfatiza cuando dice que “(…)los políticos no respetan ni valoran a los profesores peruanos.»
Perú fue el primer país de América Latina en decretar el aislamiento social obligatorio de su población por la pandemia COVID-19. Esta situación ha impactado drásticamente en la educación de 9.9 millones de estudiantes peruanos ya que el inicio de clases fue postergado y las clases presenciales suspendidas. En el marco de esta crisis mundial, los problemas en el sistema educativo son aún más notorios, sobre todo en los sectores más pobres y alejados del país, donde las herramientas tecnológicas no llegan.