Hasta el momento se creía que el principal motivo del calentamiento global se debería meramente a la acción humana como la minería. Sin embargo, en Europa, se ha determinado cobrar un impuesto por las ventosidades de las vacas. Tal y como suena, las vacas eliminan un promedio de 300 litros de gas metano diariamente cuando comen.
Este gas es uno de los principales gases invernadero que tiene 23 veces más capacidad de atrapar el calor que el dióxido de carbono produce de los automóviles, por ejemplo. La cantidad que las reces pueden emitir en este gas tan dañino para la atmósfera también puede ser muy útil como energía.
Tan solo 300 litros de metano producido por las vacas puede mantener funcionando una refrigeradora pequeña. Lo cuál puede significar una fuente de energía orgánica. Sin embargo, los científicos están analizando otras opciones como cambiar el alimento a los animales para la reducción de sus emisiones.
Ganar terreno
Otra de las medidas que tiene Bruselas para contrarrestar el efecto invernadero producido por esta actividad es la tala de los bosques para ganar terreno agrario. Esto quiere decir que si se talan bosques para utilizar el terreno en la agricultura, los granjeros se ven en la obligación de compensar dichas emisiones con la reforestación o bien administrando de mejor manera los que existen.
Cabe destacar que los bosques en Europa absorben un promedio de 10.9% de las emisiones de gases invernadero cada año. Debido a ello, aumentar los 182 millones de hectáreas dedicadas a plantaciones forestales podría compensar el carbono y/o metano producido por los ganaderos y agricultores.