El Perú es uno de los países latinoamericanos que tiene la mayor cantidad de referentes en el mundo literario, sobre todo en la poesía. César Vallejo, Blanca Varela, José Watanabe, entre otros. La lista podría seguir; son autores cuyas obras son premiadas y reconocidas mundialmente. Pero hay un centenario hombre liberteño el cual merece ser homenajeado de la misma manera. Es por eso que, Javier Corcuera, estrena a un día de su cumpleaños, el documental «100 años con Leoncio Bueno».
BIOGRAFÍA
Leoncio Bueno nació un 2 de enero de hace ya un siglo en la hacienda La Constancia, ubicada en el departamento de La Libertad. Un hombre que nunca esperó nada de nadie, mucho menos obtener el Premio Casa de La Literatura Peruana en el 2016. Pero su trayectoria intelectual, calidad de obra literaria e ímpetu por darle una voz a las comunidades migrantes lo hicieron meritorio de este.
Empezó a trabajar a los 9 años como peón en La Hacienda Casa Blanca, donde tuvo su primer encuentro con el aprismo y el anarcosindicalismo. Estudió hasta tercero de primaria pero su estilo de vida hizo que se le metiera la idea de convertirse en un intelectual.
A los 19 años migró a la capital, fue obrero de construcción, operario textil, dirigente sindicalista y periodista. Se movió en el círculo de poetas del proletariado y fundó junto a Rafael Méndez Rodrich y Emilio Adolfo Westphalen el Grupo Obrero Marxista (1948), además del Grupo Intelectual Primero de Mayo (1956).
Autor de obras como Al pie del yunque (1966), Pastor de truenos (1968), Invasión poderosa (1970), Rebuzno propio. La dicha de los dinamiteros (1976), La guerra de los runas (1980) y Cantos al sol de Cieneguilla (2014), además de poemarios inéditos a mano; donde buscaba plantear la reivindicación de los migrantes como verdaderos dueños de la nación y la autenticidad del hombre del ande.
El documental comienza con el poeta leyendo «Los Astronautas», un poema que habla del hombre extranjero (o extraño), el hombre limeño, el dueño de hacienda, el hombre ajeno al mundo andino, y su contacto (o semicontacto) con los indígenas, los cholos, los negros, para ser sus «camaradas» o los peones que luego trabajaran sus tierras. Relata sus inicios como peón en la hacienda de Facalá y su deseo de llegar a Lima para convertirse en periodista o escritor, como en los libros que había leído en el colegio.
Además, cuenta su experiencia como colaborador en el plan de expropiación de los bancos para devolverles el dinero a los trabajadores de las haciendas y cómo fue escribir desde la celda. En el documental de Corcuero también se hace referencia a «El Túngar», el taller de baterías de Bueno, el cuál era punto de reunión de varios poetas de la generación del 60 hasta el 80. Actualmente el poeta, se dedica a escribir poemarios artesanales, muchos de los que no se tiene registro.
Pueden ver el documental en el siguiente link.