Bolivia ha quedado con el déficit fiscal más alto de Sudamérica tras la salida de Evo Morales del poder. Esto supone, evidentemente, un mayor gasto público sobre los ingresos reducidos que han percibido en los últimos años. Morales renunció tras 14 años en el poder y muestra de su gobierno dejó un déficit fiscal que pasará factura al nuevo gobierno.
El ex presidente del Banco Central de Bolivia, Juan Antonio Morales, afirmó que, durante el gobierno de Morales, estos gastos públicos eran el talón de Aquiles del primer y único líder indígena de Bolivia. Así, subrayó que, durante el 2006, Bolivia gozaba de un resultado fiscal de 4.5% en superávit; sin embargo, tras la elección del exlíder socialista, el siguiente año este descendió a 1.7%.
Durante el mandato de Morales, este resultado osciló entre 3.2% y 0.7%. Sin embargo, en los últimos 5 años empezó a demostrar un mayor gasto estatal sobre los ingresos de actividades tan conocidas en Bolivia como lo es el cobre, el oro, entre la explotación de otros minerales. En el 2018, el saldo final quedó en -8.3%. Una cifra histórica solo superada en el 2002 y en condiciones completamente diferentes a las de hoy.
Por otro lado, el índice PIB per cápita de Bolivia posiciona al país andino como uno de los peores lugares para vivir. “El PIB per cápita es un muy buen indicador del nivel de vida y en el caso de Bolivia, en 2018, fue de 3.005€ euros, por lo que se encuentra con esta cifra está en la parte final de la tabla, en el puesto 124. Sus habitantes tienen un bajísimo nivel de vida en relación con los 196 países del ranking de PIB per cápita.”, menciona la web de estadísticas datosmacro.com
Asimismo, de acuerdo con el Índice de Desarrollo Humano de las Naciones Unidas, Bolivia no cuenta con una buena calidad de vida a comparación de los demás países de la región. La incertidumbre por el futuro de Bolivia se definirá en las próximas elecciones en las que no participará el expresidente.