Después de cinco días, las autoridades, que dieron la orden de exterminar a 10 000 camellos porque amenazaban con el consumo de agua por su imponente sed, terminaron la campaña con la muerte de estos animales. Pese al cese, habrían acabado igual con la muerte de al menos unos 5000 camellos salvajes del país.
El ayuntamiento del estado de Australia del Sur aseguro que estas manadas son en extremo grandes y que por esto debían ser reducidas. Según el ayuntamiento estos camellos en búsqueda de agua y alimentos habrían causado destrozos a las zonas pobladas cercanas, amenazando las reservas alimenticias y causando daños a los vehículos.
El año pasado, ha sido el más caluroso y más seco del continente, lo cual ha provocado incendios y escasez de agua en las localidades afectadas. La campaña que tubo lugar en las tierras de Anangu Pitjantjatjara Yankunytjatjara (APY), terminó de manera abrupta el domingo, así lo mencionó el administrador de estos territorios, Richard KIing, en donde viven al rededor de 2.300 personas.
Frente a las quejas y la polémica causada por la decisión tomada de aniquilar a los camellos, Kling afirma que entiende perfectamente a los defensores de los animales pero que estos desconoces de muchas situaciones que ocurren en Anangu Pitjantjatjara Yankunytjatjara, uno de los lugares mas secos y remotos del planeta.
Kling, explicó en sus declaraciones que esta decisión no fue tomada sin tomar en cuenta el beneficio mayor. «Los camellos debilitados, a menudo quedan atrapados en los pozos hasta el punto de morir, contaminando los escasos suministros de agua», señaló
Polémica para los defensores de los animales
La polémica decisión hizo que las redes sociales explotaran y movilizo a los defensores de los animales. Los representantes de APY justificaron la polémica campaña con un comunicado «Deshacerse de los camellos salvajes es una forma de frenar las emisiones de gases de efecto invernadero». Estos animales no son autóctonos de la zona y emiten una media de una tonelada de dióxido de carbono al año.