Hace 26 años, un ataque terrorista conmocionaba a Argentina. El atentado a la AMIA – una sede de la comunidad judía – dejó 85 muertos y 300 heridos, quienes hasta hoy no han encontrado justicia. El acto habría sido perpetuado por la organización terrorista Hezbolá, con ayuda de Siria e Irán, quienes niegan los hechos.
El atentado a la AMIA, ocurrió dos años después de otro ataque terrorista, el cual tuvo como objetivo la Embajada de Israel en Argentina, en donde murieron 22 personas, ambos atentados podrían haber sido ejecutados por los mismos sujetos, miembros de la yihad islámica de Hezbolá, según las investigaciones.
Eran las 9:53 del 18 de julio de 1994, cuando una bomba estalló en el barrio Once de Buenos Aires, la explosión derrumbó el edificio de la AMIA, llegando a dañar propiedades cercanas. Los rescatista iniciaban las búsquedas, personas bajo los escombros y la solidaridad de los argentinos que al enterarse de la desagracia llegaban a la zona para ayudar en lo que podía, son las crónicas periodísticas que cada año recuerdan los medios de comunicación.
Las imágenes son el recuerdo más duro que queda sobre uno de los peores ataques terroristas en Argentina, más aún porque los familiares de las víctimas mortales no ven el caso moverse, y a pesar de que ya pasaron 26 años y varios gobiernos, los responsables están en plena libertad.
CASO ALBERTO NISMAN
Alberto Nisman fue un fiscal argentino, quien murió misteriosamente en el 2015. Nisman tenía más de diez años investigando la causa AMIA. Una semana antes de morir el fiscal presentó una denuncia en contra de la presidenta Cristina Kirchner, debido a que su Gobierno firmó un acuerdo con Irán, por la alianza en la investigación del atentado, algo que Nisman denunció como un pacto secreto para garantizar la impunidad de los iraníes acusados por la justicia de Argentina, a cambio de forjar relaciones comerciales.