Jorge Messi viajó desde Rosario hacia Barcelona con la única intención de reunirse con el presidente del FC Barcelona y resolver la complicada situación contractual en la que se ha visto involucrado su hijo. Mientras tanto, los demás jugadores blaugranas se entrenan en la Ciudad Deportiva Joan Gamper, incluido el delantero uruguayo y mejor amigo de la «Pulga», Luis Suárez, quién tuvo cierto protagonismo al comienzo de esta novela que parece, tendrá más capítulos.
Luego de darse a conocer la ruptura entre Lionel Messi y FC Barcelona, los rumores que lo vinculan al Manchester City se acrecientan. Sin embargo, en las oficinas blaugranas están decididos a hacer respetar el contrato que mantiene el astro argentino, ya que la cláusula de salida a la que el rosarino quiere aferrarse no es suficientemente clara y para ellos, expiró el pasado 1ro de Junio. Desde el lado de Messi solo se recibe indiferencia y silencio, pues hasta el momento no se ha manifestado verbalmente, pero sus actos como no presentarse a las pruebas PCR y a los dos primeros entrenamientos, dan luces de la firmeza en su decisión y de su deseo por abandonar el club. Medios deportivos españoles afirman que el mandamás culé no escuchará otra oferta que no sea 700 millones de euros; cifra astronómica que fue puesta como cláusula de rescisión en el contrato.
Al salir de la reunión, Jorge Messi fue consultado por la situación de su hijo, a lo que respondió que «lo ve difícil». Asimismo, también se conoció la reunión entre el jugador y Guardiola, actual entrenador del equipo «citizen», quien le habría aconsejado quedarse en Barcelona. Por otro lado, el «Fair Play financiero» impediría el fichaje del argentino ya que el equipo «skyblue» cometió esta falta años antes y fue sancionado. Por ahora el único que sabe su destino es «Lio», aunque la situación pide a gritos su pronunciamiento,