Alaska cerrará este año como el más caluroso registrado y con sus glaciares derritiéndose a niveles récord. Desde el glaciar Lemon Creek, cuyos registros datan de 1940, este sería el segundo año consecutivo en el que la masa perdida asciende a 3 metros de superficie convertidas en agua para el océano.
«Esa es una muy mala señal para un glaciar», mencionó Louis Sass, glaciólogo del Servicio Geológico de Estados Unidos, refiriéndose a Wolverine Glacier, uno de los glaciares a los que suele viajar para tomar las referencias. «La parte inferior ya no está», acotó.
Este glaciar ha registrado la pérdida más grande desde la década de los 60. El especialista mencionó que no logró igualar al récord establecido en 2004 solo porque gran parte del glaciar simplemente se había derretido.
«Es casi como si lo hubieras reventado y empezado a desinflarse», corroboró Nate Lewis, guía de vida salvaje en Seward que lleva viajeros al nuevo lago que se ha formado al pie del glaciar.
Incluso, el glaciar Taku que se consideraba una esperanza por haber estado avanzando, ahora está perdiendo hielo rápidamente.
Temperaturas
A menos que diciembre conciba ser uno de los meses más fríos en lo que va del invierno en el hemisferio norte, Alaska cerrará el año como el más caluroso. Esto se da precisamente en el marco del cierre de la COP25 y sus críticas a la inacción por parte de los líderes mundiales frente al cambio climático.
«Alaska está en camino de romper su récord para el año más cálido a menos que diciembre sea dramáticamente más frío de lo previsto», comentó en un tuit, Brian Brettschneider, climatólogo del Centro Internacional de Investigación del Ártico de la Universidad de Alaska Fairbanks.
Cifras
Los glaciares de Alaska comprenden menos del 1% del hielo terrestre de mundo. Sin embargo, su proceso de deshielo representa el 7% de agua que hoy eleva el nivel del mar en el mundo, según un estudio de la revista American Geophysics Union y en coautoría con Shad O’Neel de USGS en el 2018.
Medio Ambiente
Cabe destacar que el deshielo produce una serie de cambios muy pronunciados en los diferentes ecosistemas en el mundo. Por ejemplo, el impacto en las corrientes de agua afecta significativamente el proceso de desove del salmón y perjudica el ritmo normal de hábitat de diferentes especies de peces y animales marinos.