El calentamiento global es un tema que preocupa a muchos dado que sus consecuencias no han hecho más que perjudicar al planeta en el que vivimos. El aumento de temperatura y el deshielo de los polos son las clásicas consecuencias que muchos se atreven a citar pero no lo son todo. También están como consecuencias la extinción de algunas especies de animales, el cambio en los ecosistemas, las sequías, el aumento en el nivel del mar, la propagación de las enfermedades y el agravamiento de algunos fenómenos naturales como los huracanes y las lluvias, a todas estas consecuencias se les conoce en conjunto como cambio climático.
El concepto de «huella de carbono» no suele ser fácilmente vinculado al de «calentamiento global«; sin embargo, la huella de carbono, no es más que la manera informal que se utiliza para denominar al Potencial de Calentamiento Global. Este está directamente asociado al cálculo de los gases de efecto invernadero que producen las empresas, los productos que consumimos, los eventos a los que asistimos o incluso a los que son producidos por las personas en sus actividades cotidianas.
El conocimiento de nuestra huella de carbono es importante porque nos permite contribuir a la lucha en contra del cambio climático, ya que, mediante ella podemos saber la cantidad de gases de efecto invernadero que producimos con nuestras acciones y de esta forma medir el impacto que tenemos en el medio ambiente.
Para medir nuestra huella de carbono basta con reflexionar acerca de nuestra forma de vida e investigar el impacto ambiental de los productos que consumimos. Viajar muy seguido en auto en lugar de usar una bicicleta, la electricidad que consumimos en casa, el agua que utilizamos y los procesos industriales que se usan para producir los productos que consumimos en nuestro día a día son potenciales generadores de gases de efecto invernadero que contaminan el medio ambiente y repercuten de forma negativa en el mismo.
Hay distintos métodos para calcular nuestra huella de carbono, sin embargo, estos suelen ser muy complejos y tediosos de realizar, lo cual es un punto negativo de este indicador. Afortunadamente en la web podemos encontrar métodos más rápidos como la calculadora de huella de carbono, que quizá no sea tan precisa pero nos puede acercar mucho a la cifra real de nuestra huella de carbono y permitirnos tomar acciones para reducirla.
Para aminorar nuestro impacto en el medio ambiente y reducir nuestra huella de carbono debemos ser más conscientes a la hora de consumir productos e investigar qué tan contaminantes pueden ser los procesos de manufacturación de los mismos. Reducir el uso de energía cuando no sea realmente necesario utilizarla y sustituir nuestras prácticas por hábitos sostenibles, como comprar alimentos orgánicos, movilizarnos a pie o en bicicleta si las distancias no son largas, de igual forma también podemos reducir nuestro consumo de plásticos de un solo uso reemplazándolos por productos igual de útiles e incluso de mayor duración.