Compostaje casero: el arte de devolverle la vida a la tierra con nuestros residuos orgánicos

Hay muchas formas de cuidar el medio ambiente. Una de ellas es la reducción de los desechos que generamos a diario en nuestra casa. Según el SINIA, en el año 2018 la generación total de residuos sólidos generados en domicilios urbanos alcanzó las 4 959 950 toneladas. Además, en el mismo año, el MINAM informó en su página oficial que todos estos residuos sólidos solo se recicla el 1.9% de aquellos que pueden ser reaprovechables.

Actualmente, muchas personas se han sumado a la lucha a favor del medio ambiente y tanto jóvenes como adultos han realizado diversas propuestas que buscan reaprovechar los desechos que generamos y sacarles el máximo provecho. Esto se logra de acuerdo al tipo de residuo en el que nos queremos enfocar.

Hay cuatro grandes grupos de residuos: papel y cartón, vidrio, plástico y los desechos orgánicos. El día de hoy nos enfocaremos en un grupo: los desechos orgánicos.

¿Tienes plantas o un jardín en casa? Entonces sabes lo importante que es fertilizar el suelo, ya que, esto no solo les aporta los nutrientes necesarios para que las plantas sigan creciendo, sino que también les otorgan a nuestras plantas colores más vivos y las hacen ver bonitas y saludables.

Una forma económica y positiva para el medio ambiente de conseguir estos resultados es realizar en casa la práctica del compostaje. Esto consiste en ubicar los residuos orgánicos que producimos en casa en capas para que estos se descompongan de forma controlada y así obtener un fertilizante natural para nuestras plantas.

Fuente: Informaciones Agronómicas

Para hacer nuestro compost casero, necesitamos:

  • Un recipiente: este puede ser una maceta de arcilla grande, un balde plástico e incluso una jaba de frutas.
  • Residuos orgánicos generados en casa: cáscaras de frutas, hojas secas, cáscaras de huevo, papel periódico cortado en trocitos pequeños, pozos de café, ramitas o restos de poda de nuestro jardín.

OJO: Debemos evitar colocar carne, pescado, huesos, restos de alimentos como fideos, salsas, grasas o aceites y el excremento de nuestras mascotas, ya que estos no favorecen a nuestro compost.

La forma de hacer nuestro compost casero es intercalar capas de residuos húmedos y secos. La clave del éxito del compostaje es que la mezcla no esté ni muy seca ni demasiado húmeda. El equilibrio entre residuos secos y húmedos es importante para que nuestro abono natural tenga éxito.

Para esto, la primera capa de residuos debe ser seca, podemos, por ejemplo, poner en el fondo de nuestra compostera una hoja de papel periódico y encima colocar nuestros residuos secos (hojas secas, ramitas, aserrín) y encima colocar los residuos húmedos (cáscaras de frutas y verduras).

Lo ideal es revolver nuestra mezcla al menos una vez por semana para oxigenar los residuos y así también evitar malos olores. El compost casero estará listo cuando los desechos introducidos en la compostera ya no sean reconocibles. Para utilizarlo debemos separar el material fino del grueso, es decir, debemos separar de nuestro abono los restos que no estén completamente descompuestos, estos serán devueltos a la compostera para formar parte de nuestra nueva mezcla.

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