En tiempos por la pandemia del coronavirus, es común que hayamos visto, en fotografías o disfraces para Halloween la peculiar indumentaria del doctor de la peste negra, un personaje bastante polémico para los contextos de la peste bubónica en Europa, ya que su mera presencia era el significado de muerte para muchos.
Contexto
En el siglo XIV en Europa, la humanidad sufría una crisis sanitaria mundial, la enfermedad de la peste negra había acabado con muchas vidas, y lo que pareció en un inicio ser un problema del continente asiático, termino por llegar a tierras europeas, siendo Italia, el primer país afectado por dicha peste.
La peste negra surgía como el resultado de la transmisión de las pulgas que llevaban las ratas, se presume que para ese entonces, la denominada también peste bubónica podría haber acabado con un tercio de la población mundial. Y como en los tiempos actuales, dicha enfermedad cobró la vida de muchas personas, sea cual sea su contexto o estatus social.
Una cuestión de asco
En aquellos tiempos, no cualquier médico o profesional de salud sentía ánimos de ejercer su profesión, ya que el ejercicio de la misma demandaba un peligro inminente por el alto nivel de contagio que esta producía. Es por ello que contactaban con los doctores de la peste negra, para ese entonces una serie de especialistas que no necesariamente llevaron estudios relacionados al campo de la medicina, sino que, a través de la experiencia empírica eran valorados por las personas que requerían de sus servicios.
Estos médicos solían deambular por la ciudad, para cuidar a todas las personas sin discriminar su clase social, ya que eran las autoridades de la ciudad la que pagaban su salario. A diferencia de los médicos convencionales, estos eran llamados ‘médicos municipales’ o ‘comunitarios de las pestes’.
Populares y requeridos
Por la demanda de médicos, y los conocimientos que ellos hacían notar, eran muy importantes, ya que recibían premios, elogios y todo tipo de cortesías por su trabajo, esto de alguna manera facilito el ejercicio de su profesión porque se les llego a permitir realizar autopsias.
Su grado de importancia para la sociedad era tan importante, que muchos historiadores señalan que estos icónicos personajes eran secuestrados para luego de ello pedir dinero a cambio de su rescate. Tanta era su demanda, y lo atrofiante de su trabajo, que con el transcurso del tiempo su presencia fue disminuyendo.
La preparación.
Un médico de la peste negra, tenía muy en claro los protocolos sanitarios para no terminar contagiándose, es desde allí donde la nace la idea de vestir de un forma particularmente rara. Fue el médico francés Charles de L’Orme quien introdujo el concepto de esta vestimenta que consistía en llevar una túnica larga color negra, guantes, sombrero negro (para proteger su cabello), una curiosa mascara con agujeros con lentes de vidrio y una peculiar nariz icónica que aparentaba ser el pico de un ave; sin embargo la raíz de este particular adorno cumplía con una función muy importante, la de brindar un espacio al médico, quien colocaba paja y hierbas medicinales (mirra, hojas de menta, pétalos de rosa, clavos de olor) para evitar respirar la acumulación de dióxido de carbono que emanamos al momento de respirar.
A ese estilo, se le sumaba su clásico bastón quien también cumplía con una función importante para el médico de la peste negra, esta servía para revisar y/o evaluar a los pacientes sin necesidad de tocarlos. Otra función práctica era para alejar a las personas, ya que la punta del extremo del bastón estaba contaminada por haber tocado con ese objeto a otros pacientes infectados.
Perspectiva del horror
El peculiar traje del médico de la peste negra cumplía con funciones bastante peculiares; sin embargo al salir a la calle, este tipo de disfraz de terror infringía miedo en las personas que lo observasen ya que para muchos simbolizaba la llegada de la muerte.
Beneficios no morales.
Muchos malos exponentes se aprovechaban de esta situación para su beneficio ya que podría cobrar exorbitantes sumas dinero para ir a visitar a un paciente enfermo. En ese entonces muchas familias adineradas pagaban grandes cantidades con tal de que el médico de la peste negra fuese a revisarlos.
Es así como incluso algunos presentaban supuestas curas, como la sangría o extravagantes fórmulas como colocar sapos en los búhos y entre otros brebajes inventados por ellos.
Trabajo peligroso.
Debido a la peligrosidad de su práctica muchos médicos de la peste negra debían cumplir con muchas reglas, entre ella estaban aislarse los más posible de todo el entorno social y/o familiar. Sin embargo, a pesar de todas las normas o el empeño que solían emplear para no contagiarse, muchos de ellos terminaban contagiándose y muriendo.
Otras labores.
Cabe resaltar que estos curiosos personajes también cumplían con funciones del sector público, ya que su trabajo no solo consistía en practicar la medicina en los infectados de la peste negra, sino que también ejercían como anexador de muertes (llevando el registro de personas fallecidas), testigo en la firma de muertos, realizar autopsias y hasta brindar consejos para las personas enfermas.
Nostradamus.
Cabe resaltar que es este famoso médico francés fue también quien laboro como médico de la peste negra, y más aún están sus peculiares aportes al campo de la medicina para ese entonces: desde la eliminación de cuerpos infectados, tomar aires frescos y beber agua limpia.
Muchas han sido las anécdotas y testigos que resaltaron el nombre de este icónico personaje, quien sirvió en su momento a salvar miles de vida raíz de la peste negra. Por lo que su legado para la cultura popular y aficionada a la historia tiene en sus conceptos básicos el valor predominante de este singular personaje de la medicina.
