Uruguay se clasificó a las semifinales de la Copa del Mundo celebrada en Sudáfrica, al derrotar a su similar de Ghana. Esto se dió gracias a una acción que muchos califican como tramposa. El partido estaba empatado y corrían los minutos finales cuando, luego de un tiro libre y una jugada fortuita en el área de Uruguay, el delantero «charrúa» despeja el balón con la mano, el cual estaba a punto de ingresar a la portería de Muslera.
Uruguay se colocó una vez más ante los ojos del mundo durante el mundial de Sudáfrica. Habían clasificado por repechaje; sin embargo, habían logrado llegar hasta los cuartos de final donde los esperaba otra revelación: Ghana. El partido fue muy parejo los 90 minutos. Muntari había adelantado a «Las águilas negras», pero aparecería quien después sería condecorado como el mejor jugador del torneo. Diego Forlán empató el marcador con un disparo de tiro libre.
Luego de no sacarse ventaja los 90 minutos, empezó el tiempo extra. Exactamente al minuto 120, el árbitro Olegario Benquerença pitó una falta a favor del equipo africano. El centro de Patsil fue ligeramente rozado y quedó para la cabeza de Mensah. Muslera desvió el cabezazo y dejó la pelota muerta para el remate de Appiah. Cuando las gradas del estadio de Johannesburgo reventaban las vuvuzelas celebrando el inminente gol, Suárez arrojó ambas manos en dirección del balón y lo desvió. Esto fue totalmente obvio, por lo que el árbitro cobró el penal. Mientras Suárez se retiraba expulsado de la cancha, pudo ver cómo el remate de Asamoah Gyan reventó el travesaño del arco custodiado por el cancerbero uruguayo. De esta manera, el partido culminó con la victoria del país sudamericano por penales y la clasificación a las semifinales.
Suárez no pudo jugar las semifinales contra Holanda y vió como su selección fue eliminada al perder por 3 a 2.